La Navidad es sinónimo de Santa Claus, un personaje bondadoso rodeado de magia, regalos y amor.

El concepto de este personaje nació en el Mediterráneo, evolucionó en Europa y se volvió muy popular en América hace algunas décadas.

El antepasado de Santa Claus fue San Nicolás

San Nicolás fue un obispo griego del siglo III y IV que murió en Bari, Italia. Durante la década de 1950, su cripta fue abierta para que investigadores reconstruyeron su rostro con tecnología de rayos “X” para saber cómo era en vida, situación que sirvió para darle rostro a la imagen de él que tenemos en la actualidad.

Fue obispo en Mira, Turquía, y un rebelde, apasionado y defensor de la doctrina de la iglesia, en la época de la “Gran Persecución”, cuando se perseguía a los que practicaban la doctrina cristiana, se les quemaba y se les hostigaba a dejar sus creencias; de no ser así, se les ejecutaba. Él desafió a la autoridad, lo que le costó años en la cárcel, hasta que Constantino otorgó legitimidad al cristianismo en su imperio.

Cuando murió, su fama se mantuvo fuerte, ya que se le atribuían milagros. Actualmente se le rinde culto en Europa, pero esto no lo vincula inmediatamente con Santa Claus. Él pasó a ser un santo muy importante cuando se le consideró patrón de grupos numerosos, como marineros en altamar. Algunos lo reconocieron como patrón de los niños—portador de regalos y bendiciones.

Dos historias le dieron el reconocimiento popular. La primera es que, cuando era un obispo muy joven, salvó la vida de tres jovencitas que se dedicaban a la prostitución, ya que vivían en la pobreza y tenían una deuda muy grande por culpa de su padre. Nicolás les regaló sacos de oro para que pudieran pagar sus deudas. La segunda versión, que no es muy conocida, es que Nicolás descubrió a 3 niños en unos barriles en un sótano, donde el dueño los había dejado después de asesinarlos. Se dice que San Nicolás los revivió, por lo que es reconocido como “Santo Patrón de los Niños”. Se le celebra el 6 de diciembre.

Por otro lado, se llegó a mencionar a un ayudante terrorífico que amenazaba a los niños cuando entregaba los regalos. Estas figuras germánicas fueron Ru-klaus, Aschenklas y Pelznickel, los encargados de impartir castigos como secuestros, regaños o pesadillas. Estos personajes precedieron a la imagen del propio Santa Claus.

 

 

 

En otros posibles orígenes, el santo tiene algunos rasgos de deidades europeas de la antigüedad, como la barba blanca, poderes mágicos y el don de volar. Dichos poderes se basan en el dios Odín, o Saturno. Otra afirmación popular cuenta que los niños que se portaran bien y fueran buenos hijos serían bendecidos con sus regalos y protección. Al dividirse la iglesia cristiana, la iglesia protestante ya no usaría la imagen de San Nicolás; las tareas de proteger y de dar regalos se adjudicarían al Niño Dios, y la fecha se cambiaría del 6 al 25 de diciembre.

“Cada año la imagen de San Nicolás o Santa Claus es esperada por los niños, debido a que lo asocian con las bondades de este santo; por eso los niños desean que llegue Navidad, para que este les dé sus regalos si es que se portaron bien o por lo menos tratan. Sin duda su vida fue ejemplar y lo que se busca es que esta no pase desapercibida en estas fechas”, dijo Víctor Diaz Mendoza, padre de la catedral de Veracruz.

Así, la imagen del Niño Dios no infringía la seriedad y respeto ante la sociedad, ya que no imponía para que los pequeños se portaran bien.

¿Cómo llegamos al Santa Claus como se conoce ahora?

Muchos europeos de los Países Bajos se negaron a renunciar a San Nicolás, por lo que adoptaron como suyo a Sinterklaas; después, lo llevaron al Nuevo Mundo, el americano. Las leyendas germánicas de aterradores ayudantes nocturnos continuaron extendiéndose como parte de la cultura popular.

En Estados Unidos, las primeras Navidades no fueron familiares ni religiosas, pues rechazaron la festividad, convirtiéndola en una fiesta carnavalesca. En las primeras décadas del siglo XIX, varios poetas y escritores se unieron para retratar la “Navidad” desde una perspectiva distinta, recuperando parte de la historia perdida y reviviendo a San Nicolás, con un giro novedoso.

En 1809, se retrató por primera ocasión—en el libro Knickerbocker’s History of New York, por Washington Irving—a San Nicolás fumando una pipa, sobrevolando los tejados en un cielo nocturno y repartiendo regalos entre los niños.

En 1823, se publicó un escrito de forma anónima; ahora se sabe que el autor fue Clement Clarke Moore. El famoso The Night Before Christmas en Estados Unidos terminó por definir al hombre gordito, de cara sonrojada y alegre, montado en un trineo dirigido por ocho renos.

El ‘Biker for Kids Rhein-Sieg’ vestido como Santa Claus, viaja con sus motocicletas decoradas para Navidad a través del parque Rheinaue el 5 de diciembre de 2020, en Bonn, Alemania. (Foto de Andreas Rentz/Getty Images)

“Por lo menos en México, en los últimos años se ha adquirido esta costumbre un tanto por la influencia norteamericana, sobre que Santa Claus le trae regalos a los niños, la cual podría decirse que choca un poco con la tradición de los Reyes Magos, quienes son los que traen cada 6 de enero regalos a los niños, tal cual sucedió con el Niño Dios”, dijo Diaz Mendoza.

(Editado por Melanie Slone y LuzMarina Rojas-Carhuas)



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